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El final de año debería sentirse como pasar un nivel más de este juego tan extraño que se llama vida.

Bendito año nuevo y lo que nos trajo...
Publicado por

HasTech/ 11/12/2022


2022 | Año Nuevo | Lecciones

Por: Daniela Armijos Palacio

 

Estamos próximos a terminar el 2022, un año lleno de incertidumbre para la humanidad ya que suponía ser el año en el cual íbamos a empezar una nueva normalidad después de haber sido participes de la pandemia por COVID-19, desde marzo de 2020. No sabíamos si íbamos a poder regresar a nuestras vidas de antes e incluso, muchas de las relaciones personales cambiaron notablemente después de no haber tenido contacto por dos largos años aproximadamente. Nuestras prioridades cambiaron, nuestra mentalidad tomó un respiro de la cotidianidad instantánea que se vivía antes; y teníamos todas las ganas de volver a vivir normalmente.


En mi caso, empezar un nuevo año y despedir al “viejo”, es una especie de ritual psicológico para comenzar nuevos hábitos, volver a intentar cuestiones del pasado con mayor madurez y sabiduría, cerrar ciclos o relaciones personales que no aportan más en mi vida y para unirme más con mi familia y amigos cercanos. Al igual que, mandar un saludo a amistades o familiares que no he visto en un largo tiempo, pero que sin embargo ellos y yo sabemos que siempre habrá un mensaje o llamada que nos conecte cada fin de año para recordarnos el cariño y la lealtad de siempre. Para mí, es el momento perfecto para pensar en retrospectiva acerca de todo lo que hecho durante esos 12 meses, sincerarme de lo bueno y lo malo; y tomar decisiones para empezar el siguiente año como la nueva persona que soy después de múltiples aprendizajes del año pasado. Todo esto, lo intento hacer desde la gratitud con todas las personas que me acompañaron durante todo el año, o durante circunstancias fugaces, pero muy especiales, para mi progreso anual. Intento mirar las cosas de forma objetiva y según mis creencias agradezco mucho a Dios por todo lo que permitió entrar y salir de mi vida.

 

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Un pensamiento que tengo con respecto a esta temporalidad es que el final de año debería sentirse como pasar un nivel más de este juego tan extraño que se llama vida. Pues, es el momento donde debemos recordar todo lo vivido, tanto lo bueno como lo malo, para reconocer la persona en la cual nos hemos convertido después de estos 365 días. Cada año simplemente es un periodo de tiempo vivido con aprendizajes, recuerdos, personas que vienen y van, viajes, fiestas, decepciones, ilusiones y todos los sentimientos que puede abarcar el ser humano; todo esto, acompañado de paisajes diversos y situaciones que marcan día a día el rumbo de nuestras vidas.

Por otro lado, después de este momento de introspección, para mí es esencial celebrar las fiestas de fin de año con las costumbres latino-ecuatorianas que noscaracterizan como quemar el monigote y saltarlo tres veces, comer las 12 uvas antes de medianoche, dar una vuelta a la manzana con maletas para poder viajar el año entrante y así, etcétera de costumbres más que caracterizan a los ecuatorianos para conseguir buena suerte en el año venidero. Sin duda, cada año que pasa, estas costumbres o fiestas grandes se van minorando porque los familiares tienen nuevas invitaciones o la vida ya no tiene a toda la familia junta por múltiples situaciones. Cada fin de año es diferente, pero sin importar el festejo que les rodee, el lugar donde se encuentren o la situación económica, social, emocional o lo que sea que estén pasando para este año, los invito a tener gratitud en su corazón; y a prometerse a sí mismos de autoanalizar sus vivencias y buscar desde lo más profundo de ustedes la ilusión, la fe y las ganas de vivir un nuevo año con toda la mejor vibra del mundo.


Así también, como confiar un poco más en ustedes y hacer una introspección consciente para conocerse realmente quienes son después de cada año. Una muy querida amiga compartió un pensamiento que me ha inspirado mucho los últimos tiempos acerca de cómo se deben recibir cosas nuevas en nuestras vidas. Pues, para que algo nuevo, bueno y funcional entre en tu vida, debes estar dispuesto y abierto de corazón para que estas nuevas situaciones, personas, etc formen parte de ti. No solo puedes vivir esperando a que las cosas pasen, ya que para que algo pase, tienes que estar preparado y con la voluntad de aceptarlo conscientemente en tu vida. Con ello, quiero decir que abran su corazón y siempre sueñen en grande, conozcan personas, lean y aprendan cosas nuevas, enamórense las veces que sean necesarias, identifiquen sus virtudes y defectos, lloren, rían, bailen, equivóquense y pidan disculpas, viajen, hagan ejercicio y coman lo que más les gusta; y sobre todo, vivan en armonía con ustedes mismos y sus seres queridos.

Espero que este 2023 sea un buen año para todos, que crezcamos emocional y profesionalmente; y que cualquier aspiración que tengan, así sea grande o pequeña se cumpla para que cada día que pase estén más cerca de conseguir eso que su corazón tanto aspira. No les deseo un falso feliz año perfecto, solo les deseo un año en el cual puedan recibir cualquier cosa de la mejor manera, que estén listos para afrontar cualquier cambio y que, sobre todo, disfruten cada etapa, persona, sentimiento y situación que les toque vivir, sean felices y logren tranquilidad la mayor parte del tiempo en sus vidas. Todo lo que es para ti encontrará el camino para permanecer o reencontrarte en tu vida y pues lo que no, déjalo ir. Confía en los cambios y confía que todo tiene su tiempo y su lugar cuando menos
te lo esperas.

 

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