Por: Ariana Vélez Pachano

Te voy a hacer una pregunta y quiero que la respondas con la mano en el corazón ¿tú crees que al final de tu vida vas a decir que de verdad te importó lo que decían los demás de ti? Estoy segura que dijiste que no. En mi perspectiva, hay dos razones por las cuales nos aferramos a esa zona tan querida pero tan dañina para nosotros, la de confort.

La primera siendo algo en tu cerebro que está tratando de protegerte ante un peligro, pero muchas veces no lo hay, sólo está siguiendo un patrón previo que te impide hacer o decir cosas que te ayudarán a crecer. La segunda, y tal vez la más fuerte, son las normas, el constructo social, el dogma y la gente que nos rodea.

Día a día, escuchamos varios comentarios, opiniones, conversaciones en las que parece que “no son importantes” pero inconscientemente tu subconsciente las guarda y atesora. Puede ser que hayas escuchado que decirle a la persona que te gusta siendo mujer “es ser lanzada y se ve horrible”, que aprender a andar en moto es sumamente peligroso (a pesar de que TU sueñes con ir manejando a la playa y llegar al atardecer), ir por ese sueño de abrir tu empresa que has deseado por tanto tiempo, pero no te atreves porque no está “perfecto” o “suficiente”.

De estos, puedo decirte varios escenarios más, pero en vez de gastar la energía en lo “negativo” por a contarte que he aprendido en estos 21 años de vida. Puede ser uno de los retos más complicados el salir de tu zona de confort, pero cuando lo haces, sientes que te liberaste. Te das cuenta de lo valiente y de lo fuerte que eres, de dejar una creencia limitante y reemplazarla por un sentimiento de emoción de esperar que algo hermoso pueda pasar. Muchas veces me he encontrado en situaciones en las que quiero hacer algo, pero siento que tengo más cons que pros. Y honestamente era lo contrario, eran más pros que cons.

Aquí voy a contar algo un poco personal, pero aquí estamos para formar comunidad, entonces lo hago con todo cariño. Desde pequeña siempre fui honesta, sin filtro, nunca fue un limitante para mi el decirle a un chico que me gusta y decirle lo que siento. Lo he hecho, unas veces me ha salido excelente, y otras no. De las que dije no, aprendí mucho, y una de las realizaciones de esa situación fue darme cuenta de la capacidad que tengo de amar. Eso para mi es un súper poder.

Pero así de atrevida como me ves, ¿puedes creer que tenía pánico de hacer amigos? Sentía que no era suficiente, que iban a juzgarme, solo se me dificulta hablar con cierto tipo de personas (las sumamente extrovertidas). Un día decidí dejar esa creencia a un lado. Yo sabía mi valor, mi capacidad de amar, de escuchar, y comencé a socializar más.

Con decirte que ahora estoy en un grupo de estudiantes en la universidad en la que recibimos a todos los nuevos estudiantes y somos “sus hermanos mayores”. Gracias a la decisión de cambiar esa pequeña cosa, ahora no saben lo feliz que estoy, tengo gente tan diferente: extrovertida, introvertida, filósofos, psicólogos, bailarines, acróbatas, músicos y más. De cada uno de ellos he aprendido muchísimo, y ese conocimiento ha sido clave para mi crecimiento personal, que es uno de mis proyectos favoritos. El primero es el amor propio.

Para no alargarme más, quisiera darte unos consejos que espero que te ayuden a ver la zona de confort de diferente manera. Esta zona o creencias o sentimientos no te definen, no quiere decir que seas conformista o que eres “gallina” por no hacer algo, no quiere decir que no seas valiente. Créeme que lo eres, sólo debes con todas tus ganas querer hacer un cambio, pero para tener algo diferente debes hacer algo diferente. Recuerda siempre esta pregunta, y repitela como si fuera tu mantra favorito ¿y si sale mejor de lo que esperaba? Cosa que te aseguro que en el 98% de los casos si sale mejor de lo que esperabas, y ese otro porcentaje restante van a ser lecciones que te enseñarán muchísimo y que te ayudarán a ser un sabio.

Ese deseo, esa idea que tienes en tu corazón y en tu mente, fue dada a ti por una razón, recuerda que no todos deseamos lo mismo, y se cree que eres capaz de lograrlo. Eres y siempre serás suficiente, jamás dudes de ti. No tengas miedo al qué dirán, la gente habla porque sí y por si acaso, así que dales algo interesante de qué hablar, y algo que tú estés orgullosa/o de haber logrado. De corazón espero que este texto te haya ayudado a verle a la zona de confort de manera más tranquila, sin romantizarla y ver que si se puede salir de ella. Espero escuchar tus historias, y ver la magia que has creado al salir de ella.

 

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