Por: Daniela Armijos

El sentimiento de inconformidad con respecto al presente es un tema que se experimenta en las sociedades contemporáneas. Pues, el sobre pensar la realidad genera un nivel de ansiedad elevado en las personas y propaga sensaciones de intranquilidad en relación con el pasado y futuro individual de cada ser humano.

De igual manera, gracias a la hiper conectividad las personas han desbloqueado un nuevo patrón psicológico denominado, por sus siglas en inglés, F.O.M.O: fear of missing out. Lo cual, refiere al miedo de perderse de ciertas situaciones, relaciones personales, o momentos en los cuales ansiaríamos estar. Justamente esa es la clave para entender esta patología como la ansiedad hacia algo que no se está viviendo; pero es solo eso, un sentimiento de afán sin consciencia.

Este patrón se puede llegar a sentir no solo en situaciones netamente sociales como un evento o una celebración, sino también se puede sentir en entornos laborales por no lograr objetivos esperados en el tiempo que uno desee, o incluso dentro del entorno familiar al vivir una serie de problemas desgastantes diarios; o finalmente, como en relaciones sentimentales y de amistad al no seguir con la persona que uno está enamorado o porque tu relación con tu amigo de muchos años ya es como antes.

La memoria y la mente pueden resultar dos enemigos cuando experimentamos este tipo de sentimientos. Puesto que, pueden generarnos un engaño con respecto a lo que efectivamente se vive en ese momento. Es una forma de victimizarnos por la ansiedad social o personal, al suponer que debemos experimentar otro presente con ciertas personas específicas para alcanzar una felicidad utópica que buscamos en caminos errados. Incluso, el F.O.M.O, se puede volver como un tipo de adicción y de auto sabotaje para nosotros, y para nuestra estabilidad mental. Lo que suma, la constante nostalgia hacia momentos pasados o imaginarios futuros, cuando realmente no nos damos cuenta de que la persona que somos hoy es la única versión que puede controlar las decisiones actuales y actuar en el acto con respecto a los sucesos del presente y futuro inmediato.

 

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El vivir en el presente es una frase que ha sido muy berreada y compartida en los típicos posts de salud mental pautados en redes sociales. Sin embargo, hoy los invito a analizar esta frase para entender lo que realmente es vivir en el momento. Pues, es tomarte el tiempo de analizar tu entorno de forma consciente, mirar a tu alrededor y darte cuenta de que estas en el lugar correcto para tu “yo” de este momento puntual. Por más sencilla que parezca cualquier situación, debes recordar que estás viviendo lo justo y necesario para tu presente y que cada persona en el mundo cumple un objetivo por instante y etapa. Pues nada es una simple casualidad. 

Es muy válido sentir ansiedad y nostalgia por lugares, personas, experiencias, trabajos, relaciones, bienes materiales, y un etcétera de cosas adicionales sobre tu vida. No obstante, se debe pensar que la vida funciona así, por más fatalista que parezca. Para ser parte de esta vida terrenal siempre se va a tener objetivos y deseos que vienen, van y cambian con el tiempo, los aprendizajes, la edad; y con las condiciones físicas y psicológicas individuales. Todo esto acompañado, de decepciones y errores que redireccionan estos objetivos personales. Solo de esta forma, podrás sentirte vivo y con la voluntad de decidir sobre tu vida con un pensamiento posicionado en el presente. El sentirse incompleto e inconforme es lo mejor que nos puede pasar para luchar por nuestros sueños, trabajar por nosotros, conocernos más cada día, así como a nuestro entorno, cuerpo, mente y a todas las personas que nos rodean.

No te desgastes, ni insistas al forzar para que personas, familiares o momentos se queden en tu vida o se alejen de ella. Lo que deba permanecer en tu vida va a estar el tiempo adecuado y cumplirá un rol específico. No está mal terminar relaciones sentimentales, familiares o de amistad si es que esas personas ya no comparten tu ideología y tu forma de ser. La vida, el destino y si crees en un Dios, se encargarán de alejarte, de acercarte o de reencontrarte con personas, lugares, momentos y experiencias que necesites en tu vida. Sin embargo, no digo que debes ser conformista y dejar todo en manos de un destino, sino que debes utilizar la consciencia y la realidad para tomar decisiones que verdaderamente tengan un efecto positivo y parar de insistir por cuestiones innecesarias. No romantices, sobrevalores o castigues al pasado, ni pongas toda tu fe en un futuro que no existe, y que probablemente nunca existirá.

Mantente en el presente, analiza tu entorno, tómate un momento y mira a tu alrededor del lugar donde estás. Quizás no sea tu lugar soñado, ni te sientas en el mejor momento de tu vida, pero este es tu presente y depende de ti concentrarte, decidir y luchar sobre lo que tienes al alcance de tus manos. Piensa que esta es la etapa que tienes que vivir hoy, para estar listo para la siguiente con más y nuevos sentimientos. Un paso más cerca, para lograr tus sueños y objetivos, sin subestimar la actualidad porque nunca más serás tan joven como hoy, ni pensarás, ni sentirás lo de este preciso instante.

Escúchate, vive y obtén provecho de, incluso, la situación más triste e incómoda que puedas experimentar para demostrarte que está bien no buscar explicaciones específicas de todo en la vida y que así, se vive más libre y sin cuentas que rendirle a la memoria, a la ansiedad y a la sociedad.

 

 

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